Creo que el valor y la calidad que los libros poseen no se miden en su volumen, en su precio o diseño de la portada para captar la atención de los lectores. El buen libro hace que el lector pierda la noción del tiempo, que agarre al lector de tal manera que se pase de parada de metro. El libro de Julia Navarro cumple los requisitos esenciales.
Dime quién soy, de Julia Navarro, es un libro que empieza rápido y no hay que esperar hasta bien empezada la obra para que el lector quede prendido rápidamente.
La novela comienza a desarrollarse en un periodo clave dentro de la historia de España: la Segunda República. En el hogar de los Garayoa, estos acontecimientos se siguen con fervor y esperanza. Creen que la Segunda República, con Azaña al frente, traerá más justicia en el plano social y logrará igualar a España al resto de sus vecinos europeos en el plano económico y político.
Su personalidad irá evolucionando de la misma manera que cambia la opinión del lector hacia ella. En un primer momento, la escritora crea en el lector una animadversión hacia Amelia. Pero según va madurando y va tomando conciencia de sus actos, el lector empatiza en determinados momentos con los objetivos que persigue la española, como es llamada Amelia en algunas ocasiones.
Esta novela no es sólo un gran libro. Es también un repaso por la historia contemporánea del último
siglo que cualquier persona debería conocer.
Nunca un libro tan extenso se había sido tan entretenido -al menos para quien escribe-. Porque ante todo, Dime quién soy, la novela magna de la escritora, es extensa. Pero nunca aburrida a pesar de sus más de 1.000 páginas.
Dime quién soy, de Julia Navarro, es un libro que empieza rápido y no hay que esperar hasta bien empezada la obra para que el lector quede prendido rápidamente.
La novela comienza a desarrollarse en un periodo clave dentro de la historia de España: la Segunda República. En el hogar de los Garayoa, estos acontecimientos se siguen con fervor y esperanza. Creen que la Segunda República, con Azaña al frente, traerá más justicia en el plano social y logrará igualar a España al resto de sus vecinos europeos en el plano económico y político.
Pero la tranquilidad en esta familia de un industrial, padre de Amelia, y abogado, tío de nuestra protagonista, se ve interrumpida. Amelia toma la decisión que la va a perseguir el resto de su vida y que se convertirá en una condena sin prisión. Una decisión, tomada en un principio una pataleta, era ya el preludio de una personalidad decidida y arrolladora que se escondía detrás.
La forma de ser de Amelia la llevaría a no jugar el mismo papel que cualquier otra joven de su edad y de su origen social. Su voluntad la llevarían a acometer grandes empresas y todo tipo de sufrimientos posibles. Como involucrarse al nazismo y padecerlo en carnes propias, al fascismo, el franquismo. Inclusive el régimen estalinista y sus purgas. Algunas empresas llegaron a buen puerto, Otras, nunca acabaron bien.
Dime quien soy, es una montaña rusa de emociones. Desde el principio. Y hasta el final. No sólo para el lector. Está creado de tal manera que el protagonista en un tiempo presente actual, un joven periodista desencantado y con pocas aspiraciones de encontrar un trabajo medianamente digno, va descubriendo la vida de Amelia, que discurre en un tiempo pasado paralelo, pero que está contada en un presente. Un tipo de presente histórico.
Ambos irán descubriendo que Amelia es mucho más que la joven que dejó todo en busca de un bien
supremo.
La forma de ser de Amelia la llevaría a no jugar el mismo papel que cualquier otra joven de su edad y de su origen social. Su voluntad la llevarían a acometer grandes empresas y todo tipo de sufrimientos posibles. Como involucrarse al nazismo y padecerlo en carnes propias, al fascismo, el franquismo. Inclusive el régimen estalinista y sus purgas. Algunas empresas llegaron a buen puerto, Otras, nunca acabaron bien.
Dime quien soy, es una montaña rusa de emociones. Desde el principio. Y hasta el final. No sólo para el lector. Está creado de tal manera que el protagonista en un tiempo presente actual, un joven periodista desencantado y con pocas aspiraciones de encontrar un trabajo medianamente digno, va descubriendo la vida de Amelia, que discurre en un tiempo pasado paralelo, pero que está contada en un presente. Un tipo de presente histórico.
Ambos irán descubriendo que Amelia es mucho más que la joven que dejó todo en busca de un bien
supremo.
Su personalidad irá evolucionando de la misma manera que cambia la opinión del lector hacia ella. En un primer momento, la escritora crea en el lector una animadversión hacia Amelia. Pero según va madurando y va tomando conciencia de sus actos, el lector empatiza en determinados momentos con los objetivos que persigue la española, como es llamada Amelia en algunas ocasiones.
Esta novela no es sólo un gran libro. Es también un repaso por la historia contemporánea del último
siglo que cualquier persona debería conocer.
Nunca un libro tan extenso se había sido tan entretenido -al menos para quien escribe-. Porque ante todo, Dime quién soy, la novela magna de la escritora, es extensa. Pero nunca aburrida a pesar de sus más de 1.000 páginas.
