El diputado del Partido Socialista,
Alfonso Guerra, ha comunicado que dejaba el escaño después de 39 años en la primera linea de la política.
Era el último hombre que quedaba en activo de aquellos que formaron parte de la Transición española. Su marcha, en un momento en el que cada vez más se habla de abrir un nuevo proceso constituyente, se puede interpretar como la caída de la última pieza del régimen de 78 que para muchos ha terminado. Y razón no les falta viendo el escándalo de las tarjetas
black de los consejeros de Caja Madrid.
Estaban todos, unos más otros, pero todos juntos y revueltos: Partido Popular, Partido Socialista, Izquierda Unida, la Casa Real, sindicatos. De esa vieja política moribunda que no responde a las necesidades de la gente frente a la nueva que propone una serie de cambios donde el nuevo poder constituyente nace del pueblo.
La actividad más intensa del diputado, que dejará de serlo en diciembre, corresponde a los primeros años. Durante el Constituyente,
participó en la creación de la Constitución, interviniendo hasta 9 ocasiones entre los años 1977-1979.
En la primera legislatura, entre los años 1979 y 1982 y siendo diputado por Sevilla, participó en los proyectos de ley para definir el Estatuto de Autonomía para Andalucía, en los que intervino hasta cuatro veces, en el del País Valenciano y en el de Galicia, con tres intervenciones en la elaboración de cada Estatuto, o la participación en la creación del sistema de financiación de las Comunidades Autónomas. En total, sumó 68 intervenciones.
Conforme se iban sucediendo las legislaturas, su actividad parlamentaria se reducía drásticamente. Durante la IV Legislatura, entre los años 1989-1993, su participación se redujo hasta las tres intervenciones,
un descenso del 82,3 % frente al periodo Constituyente y a la II Legislatura, un 95,5 % frente a la primera Legislatura y un 57,14 % frente a la tercera.
La quinta Legislatura sería la primera de las tres en las que no hizo ninguna intervención. Durante la séptima, presentó cinco proposiciones no de ley de Ley en Comisión:
Proposición sobre el reconocimiento moral de todos los hombres y mujeres que padecieron la represión del régimen franquista por defender la libertad y por profesar convicciones democráticas; proposición por la que se declara y se insta a los poderes públicos a reparar moralmente a las víctimas de la guerra civil desaparecidas y asesinadas por defender valores republicanos y a reconocer el derecho de familiares y herederos a recuperar sus restos, nombre y dignidad; proposición sobre desarrollo de una política de Estado para el reconocimiento de los ciudadanos y ciudadanas exiliados; proposición para proceder a las exhumaciones de fosas comunes de la guerra civil; proposición no de Ley sobre la devolución de la dignidad a los familiares de los fusilados durante el franquismo.
Durante las últimas dos legislaturas no intervino en ninguna ocasión ni realizó ninguna propuesta. Para saber la última hay que ir hasta el 17 de marzo de 2006 durante su octava legislatura en la que intervino en una Moción como consecuencia de Interpelación urgente sobre la implantación de los servicios ferroviarios regionales de alta velocidad.
Se fue bromeando ante las cámaras por el medio siglo cotizado: “No está mal, ya me puedo ir, llevo 50 años cotizando a la Seguridad Social; algo que ustedes no conseguirán lamentablemente, tal como están las cosas”, dijo en los pasillos. También es de récord que para encontrar su última intervención haya que remontarse ocho años.
Pero para récord su sueldo teniendo en cuenta su actividad parlamentaria. Según la información disponible en la página web del
Congreso de los Diputados, Alfonso Guerra cobra al mes 6069,04 euros desglosados de la siguiente manera: 2813,87 euros por su condición de diputado, 1431,31 euros por presidir la Comisión de presupuestos y 1823,86 euros en concepto de indemnización, cantidad que cobran aquellos diputados de una circunscripción distinta a Madrid (870,56 euros lo que son elegidos en Madrid). Había sido elegido por Sevilla. En total, su salario mensual durante estos tres años de la décima legislatura ha sido de 6069,04 euros, que en 14 pagas suman 84.994,56 euros.
A diferencia de otros diputados que cobran los 1823,86 por las indemnizaciones por alojamiento a pesar de tener casa en Madrid,
como es el caso de Tony Cantó, Eduardo Madina o Cristóbal Montoro, Alfonso Guerra la cobraba pero no tiene casa en Madrid, según la declaración de bienes y rentas que los diputados hacen cuando toman posesión de su sillón en el Congreso de los Diputados.
Declaró que era propietario de dos viviendas urbanas, una en Sevilla y la otra en Cádiz.
Declaró también 15.800,23 euros de conferencias y publicación de artículos, 51.98 euros en intereses de cuentas corrientes, 16.979,79 euros en todos los depósitos. La declaración, fechada el 29 de noviembre de 2012 indica que pagó 23.821,78 en IRPF. En el apartado de embarcaciones, vehículos y aeronaves declaró un Renault Megane Sedán adquirido en el año 2006.
En el apartado de
actividades, ha compatibilizado su actividad con
la presidencia de la Fundación Pablo Iglesias (que seguirá dirigiendo) y la Fundación Sistema, sin percibir ningún tipo de remuneración; la publicación de libros, percibiendo derechos de autor, entre otras como conferencias, charlas cursos, etc.
