miércoles, 11 de marzo de 2015

Algunos apuntes sobre Varufakis

La victoria de Syriza en Grecia trajo consigo la irrupción de un economista de gran trayectoria académica, desconocido para el gran público. Es Yanis Varufakis, ministro de finanzas del gobierno de Alexis Tsipras, que en pocas semanas se ha convertido en el político estrella de la eurozona. Hasta hace unos días, fue el encargado de lidiar con los socios europeos las alternativas a la austeridad. Conversaciones que, para algunos, se saldó con una bajada de pantalones, pero para otros, sirvieron para romper aunque nimiamente el discurso de la austeridad como la única salida a la crisis.

Como Vicenç Navarro, Luis Garicano o Alberto Garzón, Varufakis es otro de los economistas que procede de la academia y que se ha involucrado en la política. Birn es cierto que esta no es su primera incursión en la cosa pública. Fue asesor del ex primer ministro griego, Yorgos Papandréu, del PASOK, con el que rompió defraudado y desilusionado.

Varoufucker”, como ya le han dado apodado, estudió matemáticas, estadística y economía en Essex. Es el autor del Minotauro global (Capitán Swing), considerado uno de los mejores análisis dela evolución del capitalismo en las últimas seis décadas. Escribía Joaquín Estefanía que este libro, entre otras cosas era una crítica a los liberales que se centran en la estabilidad de los precios, y a los keynesianos que creen que la economía se estabilizará a base de más inversiones públicas.

Su nombre es una metáfora de la economía actual. El minotauro es un hombre con la cabeza de toro y que se alimenta gracias a la carne de hombres y mujeres. Toda una alusión al coste humano que supone la austeridad en economías inmersas en recesión. En una conferencia que dio en el Parlamento Europeo en 2012, expresaba su preocupación por la manera en la que la Unión Europea estaba dañando la vida de muchas personas.

James Varufakis Bond
Su aspecto nada tiene que ver con gerontocracia europea. Su imagen choca de lleno con la de su homólogo alemán Wolfgang Schäuble, de 72 años. En el inicio de la gira europea en la búsqueda europea de socios para renegociar la deuda, se presentó en Downing Street ante ministro británico de Economía George Osborne sin corbata y con una camisa desabrochada. La City no es cualquier lugar para saltarse la etiqueta, escribía la corresponsal de Expansión en Londres Amparo Polo. Cuenta que los periodistas van de traje y corbata a las ruedas de prensa. Y transcribía las palabras de algún periodista, que aseguró que el ministro griego llevaba un abrigo de los que Putin se pondría para ir a cazar osos. La respuesta del ministro griego fue contundente: estoy en representación de un país en banca rota. Un look rockero que repitió en una reunión con la presidenta del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, que imitó la vestimenta del ministro griego en un intento de no desentonar.

Pero no sólo su trayectoria académica e imagen han despertado pasiones. Yanis Varufakis ha brillado durante estos días con luz propia ya que ha sido el primero el mostrar su oposición rotunda a las políticas de austeridad que la troika ha impuesto en Europa y que, sin lugar a dudas, ha ahondado en la situación económica y social ruinosa del país heleno: la tasa de desempleo más alta de Europa: 25,8 % de la población activa (23 % en hombres y 29,3 en mujeres); privatización de servicios públicos; un incremento desproporcionado de la deuda (103,10 % del PIB a principios de 2008 y 176 % del PIB en el tercer trimestre del 2014). Mientras Varufakis se encontraba de gira, cientos de griegos se echaron a las calles para apoyar a su ministro en su gira por Europa.

Las conversaciones entre los Alemania y Grecia levantaron el interés principalmente de Francia e Italia, que ya han pedido en varias ocasiones más flexibilidad en el déficit público. Pero los apoyos fueron tímidos ya que ambos países, la cantidad total de dinero prestado a través de las aportaciones a la Unión Europea supera los 92 mil millones de euros.

La imagen, el poder de hacer frente a la implacable Merkel y la autoridad de Varufakis han convertido a este superministro en el político estrella de la Eurozona, tanto que ha eclipsado a su jefe. Sus apariciones televisivas se han reducido considerablemente, pero sus intenciones de cambiar el rumbo de la política europea siguen intactas porque, como ya dijo en una conferencia en 2012 “quienes más despreciamos el euro son tenemos la obligación moral de contribuir a estabilizarlo"
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