miércoles, 24 de julio de 2013

CIES: Guantánamos en España

Imagine que usted, lector, abandona a su familia porque tiene que marcharse de su país. La situación económica no es esperanzadora. La única alternativa es emigrar en busca de oportunidades. Se endeuda para comprar el pasaje, para realizar todos los trámites necesarios. La empresa en la que se va a embarcar requiere una suma  importante de dinero. Una vez en el país de acogida, se instala. A pesar de todas las dificultades encuentra trabajo y gracias a su salario puede enviarle a su familia una cantidad de dinero necesaria para vivir. Definitivamente, usted creerá que ha encontrado el paraíso. Un día menos pensado, es detenido por su color de piel y es privado de su libertad. Resulta que su residencia no está regularizada y ese es el motivo de su detención: que no tiene papeles en regla. Imagínese también que se le ha denegado el derecho a un abogado y un juicio justo. Y que después de pasar 2 meses encerrado, es expulsado del país, en el peor de los casos. Y con usted, sus sueños hechos pedazos.

CIE de Aluche
La situación que se le acaba de describir está ocurriendo en España. Los centros como CIES o Centros de Internamiento de Extranjeros son según ACNUR: “Confinamiento en un espacio estrechamente limitado […], incluyendo cárceles, campamentos cerrados, centros de detención, […], donde la libertad de movimiento es substancialmente recortada, y la única oportunidad para abandonar esta área limitada es saliendo del territorio”. Existen 8 centros en funcionamiento: Madrid, Barcelona, Murcia, Valencia, Algeciras, Fuerteventura, Gran Canaria y Tenerife.

Estos centros dependen del Cuerpo Nacional Policía. El único motivo de las detenciones es que los extranjeros no tienen el permiso de residencia. Según SOS Racismo Madrid, esta situación no está tipificada como delito, sino como falta administrativa de la Ley de Extranjería. El tiempo máximo de reclusión es de 60 días. Durante este tiempo, el gobierno tramita la expulsión los inmigrantes, aunque algunos son puestos en libertad.

Los inmigrantes llegan a los CIES porque la policía lleva a cabo redadas racistas en los barrios en donde la presencia de inmigrantes es notoria. Vestidos de paisano en muchas ocasiones, identifican a inmigrantes por el color de la piel, violando uno de los puntos básicos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: que “ninguna persona podrá discriminada por su raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política u otra, origen social o nacional, propiedad, nacimiento u otro status”. Naciones Unidas, en 2011, pedía al gobierno español acabara con los controles de identificación basados en perfiles étnicos y raciales, motivo por el cual fue condenada en 2009 por el Comité de Derechos Humanos de la ONU. 

SOS racismo ha denunciado las condiciones de hacinamiento en los centros de internamiento. Según un informe de Pueblos Unidos, 3.060 personas fueron internadas en 2012. Los datos fueron extraídos a partir de visitas de quienes realizaron el estudio, puesto que ni el Ministerio del Interior ni la Policía publican cifras. Las condiciones de salubridad, según los propios internos, dejan mucho que desear. Las personas enfermas no tienen la asistencia médica garantizada porque en los centros no hay servicio de enfermería. Organizaciones como Médicos del Mundo, la Asociación Española para el Derecho Internacional de los Derechos Humanos o Pueblos Unidos denunciaron en 2012 la muerte de dos inmigrantes en los CIES de Madrid y Barcelona 

Expertos en derechos humanos comparan los CIES con Guantánamo. Las personas no tienen un juicio justo. Están privadas de su libertad sin haber cometido ningún delito. Dentro se suceden agresiones, violaciones, abortos, falta de asistencia jurídica. El impacto psicológico en muchos internos es grave. En los CIES hay personas violentas, agresivas con otras que apenas tienen antecedentes penales.

¡Que se CIErren!
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