Negó cualquier rescate externo de
Bankia, pero consideró que era necesaria la intervención para evitar la quiebra
y de paso, el colapso económico. A pesar de que la entidad necesitará una
urgente recapitalización que llega hasta los 19.000 de € cuando se había dicho que
eran 7.000 millones, el ejecutivo no cree necesario una
comisión de investigación para esclarecer lo ocurrido, porque el proceso de
nacionalización está siendo muy transparente, aseguraba el presidente desde la
sede del PP en Madrid. No obstante, dentro del partido hay voces críticas que
la reclaman para depurar responsabilidades. Además, consideró oportunas las
reformas estructurales que se están haciendo en la entidad para que fluya el
crédito, para que se cree empleo y vuelva la inversión. En cuanto a la prima de riesgo,
se defendió al asegurar que su repunte se debía a las dudas que existen sobre
los países de la zona euro. También reclamó a la
UE una integración fiscal, monetaria y política.
Lo que se presuponía iba a ser
unas declaraciones como Dios manda
con el objetivo de dar confianza, se fue por el desagüe en pocos minutos.
Mientras Rajoy compadecía ante los medios, la prima de riesgo batía los récords
y alcanzaba los 513 puntos básicos, y el IBEX 35 se dejaba más de un 2% en la
parqué, situándose por debajo de los 6.400 puntos.
Los inversores siguen sin
otorgarle la confianza de la que tanto él habla. Exigen confianza, pero parece
que en su casa reina el caos. Tras la rueda de prensa del ejecutivo en donde
negó que los bancos españoles serían rescatados con fondos europeos, el
Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo,
contradecía al presidente contestando que no estaba determinado y que habría
que esperar porque aún los bancos españoles están
en su primera fase de evaluación de las necesidades.
Todo esto se traduce en que la
presión de los mercados es cada vez más agobiante. La situación económica, política
y social roza el esperpento, pero el gobierno prefiere mirar para otro lado.
Juan Romero explicaba en la versión digital de El País el porqué de esa
presión. Porque no somos un País fiable.
Porque los mecanismos que garantizan el funcionamiento serio de un Estado
solvente no funcionan. Porque no ofrecemos seguridad, transparencia y
mecanismos de control y regulación eficaces. Porque además se ha ocultado de
forma reiterada la información. Porque no se depuran responsabilidades. Porque
nadie ofrece responsabilidades veraces. Porque nadie exige responsabilidades
penales. Porque no funcionamos como un Estado serio. Porque no somos una
verdadera democracia. Nuestros socios comunitarios y los mercados no se fían de
las cuentas de las administraciones públicas ni de las cuentas de los bancos y
cajas. Y tienen toda la razón a la vista de sus cambios continuos de
estadísticas y balances.
En las editoriales del día
siguiente los diarios daban su versión sobre la rueda de prensa. El Mundo
aportaba un poco de coherencia frente a otras cabeceras de su mismo eje
identitario y titulaba que el efecto de
Rajoy llega tarde y no frena la sangría. Apunta en líneas sucesivas que es
un error el gobierno señalar que la prima de riesgo está en esos niveles por la
situación de otros países cuando el principal problema está aquí: primero se
aprobó una saneamiento de la banco por 7.000 millones y dos días después,
19.000 millones; la continua revisión del déficit público…
En cuanto a la prensa
internacional, el diario inglés The Telefraph afirma que la crisis española ha
llegado a un momento crítico y que es hora que Europa tome medidas. Financial
Times recoge el pensamiento de altos cargos de la UE que consideran que Rajoy
quiere conservar el prestigio e intenta por todos los medios evitar el rescate
exterior a la banca, lo que ha levantado escepticismo en la UE porque dudan de
Rajoy. The Wall Street Journal se pronuncia duramente contra Mariano Rajoy.
Apunta que las decisiones políticas tienden a ser malas. Rajoy puede elegir
entre rescatar el sistema financiero ahora, con altos costes a largo plazo, o
alargarlo y extender el dolor. Este mismo diario, recoge unas contradicciones
de Rajoy, quien dijo que no habría rescate para el sector bancario, pero pedía
a sus homólogos europeos que la UE pueda recapitalizar directamente a los
bancos.