viernes, 3 de junio de 2011

La crisis del pepino



Hace ya algo más de una semana que el gobierno de Hamburgo descubrió, en un análisis rutinario, 4 pepinos infectados con la bacteria E. coli, que ya ha causado la muerte a 15 personas. Desde dicho hallazgo, el gobierno señaló directamente a los pepinos españoles de como factor determinante de la muerte de sus ciudadanos. Y es que 3 de los 4 pepinos escogidos aleatoriamente eran españoles. Las consecuencias han sido desastrosas y devastadoras para el sector, pues las pérdidas superan los 200 millones de euros. Hay que tener en que España exporta a Alemania 450 millones de kilos de pepinos anuales y mueve también cientos de millones de euros.

Sin duda, los más perjudicados de esta crisis están siendo los agricultores de Andalucía, sobre todo, en Almería. Su enfado es monumental ya que, según ellos, sus pepinos son salubres. El enfado viene dado porque no se ha investigado con minuciosidad de dónde proviene la bacteria. Apuntan, además, que el problema lo tienen ellos, ya que es en el país teutón en donde han muerto los infectados, y no en España. Afirman que se debe de investigar las condiciones en las que se transportan los pepinos, que corre por cuenta de los alemanes, ya que es de ahí donde surge el problema. La opinión pública entiende que el ministerio de sanidad alemán haya advertido de la bacteria presente en los pepinos, pero están en total desacuerdo con la forma en la que se llevó a cabo, ya que desde un primer momento se dijo que los pepinos españoles eran los causantes y los únicos responsables.

A pesar de que el gobierno alemán reconoció haberse equivocado con los pepinos andaluces, no van a pedir disculpas porque su ¨deber está en informar a la ciudadanía de los pepinos contaminados¨. El enfado, si ya era monumental, ahora es aún mayor. Desde las asociaciones de agricultores se llama al boicot a todos los productos de procedencia bávara, hasta que no se retracten y pidan perdón por las acusaciones vertidas. Y es que los acontecimientos han metido el miedo en el cuerpo a la gente. En Alemania la gente no compra ni pepinos ni verduras. Las fruterías, en su intento de reactivar y animar a los consumidores para que compren verdura, han visto las reticencias de la gente. En los restaurantes y bares los hosteleros no ponen en sus platos nada de verduras, ya que la gente no las consume. ¨Estas graves acusaciones han manchado el honor de nuestros pepinos¨. La desconfianza a la hora de comprar cualquier clase de verduras españolas va ir en aumento, lo que va a provocar que las pérdidas sean aún mayores.

Desde aquí, los políticos lanzan mensajes de confianza a los consumidores. Pero, a su vez, señalan que el gobierno ha actuado tarde y mal, según el PP, ya que no ha sabido defender los intereses de los agricultores. Ahora muchos de ellos van a tener muchas dificultades para continuar cultivando. Mientras tanto, el gobierno socialista dice que va a pedir que se depuren responsabilidades, además de una compensación económica a la UE por los daños causados.
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