lunes, 9 de marzo de 2015

“El propio sistema de salud nos infectó de hepatitios C”

Se estima que en España hay más de un millón de personas infectadas con hepatitis C. Unas 350.000 están diagnosticadas mientras que otras 800.000 no lo están y no saben que están contagiadas. Estás cifras son aproximaciones que maneja la Plataforma de Afectados por la Hepatitis C. Mas que el número de afectados, lo que preocupa es la actitud del Gobierno que ha dejado de suministrar el medicamento a los enfermos. 12 personas mueren al día sólo debido a que el Ministerio de Sanidad les niega el tratamiento. Por esta razón, los afectados están estudiando demandar a España ante los tribunales de Derechos Humanos por la omisión de socorro de los pacientes en fase terminal, que está penado en el artículo 195 del Código Penal.

El tratamiento que el Gobierno niega a los afectados es Sovaldi, un medicamento desarrollado por Raymond Schinazzi, un egipcio que llegó a España en los años 60. En plena dictadura franquista, sus padres, que encontraron trabajo en la fábrica de Campofrío, decidieron que la mejor opción para el joven era enviarlo a Inglaterra a estudiar. Hoy, gracias al medicamento, ya ha ganado 440 millones de dólares. Cada tratamiento cuesta 60.000 euros, 45.000 en Francia, 85.000 en EE.UU. En algunos pacientes alcanza una eficacia del 96 %.

Antonio Fernández, afectado por el la hepatitis C y portavoz de la plataforma que lleva el nombre de la enfermedad, explica que este medicamento elimina el virus muy rápidamente del organismo. “Teníamos un compañero que estaba en fase terminal. El riñón le estaba fallando. Estaba echando sangre por la boca. Estaba orinando sangre. Como no tenía nada que perder se puso en huelga de hambre y le dieron el tratamiento. Cuando apenas habían pasado dos semanas, su cuerpo empezó a estabilizarse. El riñón se había recuperado”.

Ante la efectividad del medicamento, ¿por qué no actúan el Gobierno? ¿Falta de recursos o falta de voluntad? Antonio dice que recursos hay suficientes. “El Gobierno indemnizó a la empresa de Florentino Pérez con 1.500 millones de euros cuando el proyecto Castor fracasó. También rescató a las autopistas de peaje. Cuando se rescató a la banca con dinero público. Ahí tampoco hubo ningún problema”. Alega que el PP gobierna una minoría social que tiene mucho poder. “Es un gobierno de las minorías, que trabaja para el interés de unos pocos en prejuicio de una gran parte de la población”. Asegura que esta es otra manera de privatizar la sanidad y del modelo estadounidense que el Gobierno quiere instalar en España. “La actitud de este gobierno es nefasta, como es nefasta la gestión que está haciendo en cuanto a sanidad que la quiere privatizar, educación”, sentencia.

El día 22 de febrero la Plataforma de Afectados por la Hepatitis C asistió a una reunión en el Parlamento Europeo para buscar una solución a los cientos de afectados que no están recibiendo tratamiento. Se llevaron varias propuestas a esta reunión, pero la principal consistía en buscar una cohesión a nivel europeo para que el medicamento rebaje de precio comprándolo conjuntamente.

Otra propuesta que la Plataforma se ha barajado es la posibilidad de que el Gobierno expropie a las farmacéuticas la exclusividad de producir el Sovaldi. Antonio, conocido como Tony y que lleva en la plataforma desde septiembre, recuerda que India ya lo hizo. Pero lamenta que desde que se expropia la patente hasta que empieza a darse a los afectados, pueden pasar tres años. “La gente necesita una solución rápida porque al día están muriendo 12 personas”.

Desde ciertos sectores de la sociedad se han lanzado acusaciones contra los afectados, a los que culpan del contagio. Pero Antonio las niega tajantemente. “Yo no me he infectado ni porque fuera un drogadicto, alcohólico o porqeu hubiera tenido determinadas conductas sexuales. Fue el propio estado quien me contagio la hepatitis C”.

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Octubre de 1974. Antonio ingresa por urgencias en el Hospital de la Paz con una hemorragia interna. Le realizaron 20 transfusiones. Creían que tenía una leucemia. La sangre venía de donantes como la del secretario de la Plataforma, que durante un tiempo donó sangre teniendo hepatitis C. No lo sabía. No le realizaron los controles necesarios para determinar si tenía alguna enfermedad.  El contagio de Antagio, infección por transfusión. no es exclusivo. “Cuando voy a hacerme pruebas, pregunto a la gente cómo se infectaron. La mayoría han sido contagiados por transfusión”. Cuenta Antonio que la hepatitis C es una enfermedad silenciosa, que cuando despierta ataca con virulencia y empieza a comerse el hígado. Una de las afectadas fue contagiada hace 30 años. Y no ha sido hasta ahora cuando los primeros síntomas han aparecido. Según la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente un 80% de las personas no presentan ningún síntoma tras la transmisión.

Pero la infección por transfusion sanguinea no fue el único método de transmisión masiva de hepatitis en los años 70. “En aquellos años, los practicantes iban por las casas de los pacientes poniendo vacunas. No eran jeringuillas de usar y tirar como las que tenemos hoy sino que era una aguja que se le daba varios usos. Pensaban que poniendola en agua caliente sería suficiente para desinfectarla”. Una práctica habitual para entrar en el Ejército. Los que se alistaban eran vacunados con la misma aguja.

Niega que esta enfermedad se transmita a través de las relaciones sexuales. “Aunque no tengo hijos, sí que tengo una pareja estable. He hablado con los médicos y me han dicho que no hay peligro de contagio mediante relaciones sexuales”.

Datos sobre la enfermedad.

Hay cuatro estadios para clasificar el avance del virus una vez detectado. El cuarto es el más grave.

El virus está avanzado, aparece la cirrosis, el hígado empieza a tener necrosis. Esto puede desembocar en un cáncer hepático.

La hepatitis C no se transmite a través de la leche materna, los alimentos o el agua, ni por contacto ocasional como abrazos, besos y comidas o bebidas compartidas con una persona infectada, segíun la Organización Mundial de la Salud.

El tratamiento habitual para la hepatitis C es una combinación de terapia antivírica con interferón y ribavirina, eficaz contra todos los genotipos de virus de la hepatitis. Pero algunos pacientes han tenido que dejarla de tomar porque los efectos secundarios. Explica Antonio que la mezcla de estos antivíricos es como una quimioterapia.
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