martes, 23 de octubre de 2012

Crisis de El País

Fue tras el golpe de Estado del 23F cuando EL PAIS comienza a consolidarse como prensa referente de información no deportiva. Aquel día publicó en exclusiva una edición especial que titulaba a una columna El País, con la Constitución. Un proceso de fortalecimiento que ha ido a más durante muchos años. Siempre entre los primeros en los resultados  del Estudio General de Medios.

Aquellos buenos días han pasado a la historia. Hace un par de semanas la empresa que dirige Juan Luis Cebrián, PRISA, comunicó el ERE que, a no ser que se impida a la última hora, se ejecutará a la división de El País, que dejará en la calle a 121 profesionales, más las 21 prejubilaciones. En torno al 30% de la plantilla. Datos que hay que sumar a los despidos de 21 redactores de Cinco Días. Estadísticas que se unen a la nada halagüeña cantidad de los casi 6000 despidos a los profesionales de la comunicación desde que se inició la crisis en 2008.

Los motivos de este hundimiento hay que buscarlos en el modelo de negocio que el presidente ejecutivo del grupo ha llevado durante estos últimos años. Pero sobre todo en la penosa gestión realizada por el presidente ejecutivo.

Un modelo comunicativo en general que con el uso masivo de Internet empezó a mostrar señales de agotamiento. De repente la gente había dejado de comprar los tan engorrosos rotativos y había iniciado su desplazamiento hacia la Web. Con un par de movimientos de ratón cualquier lector tenía acceso a esos contenidos. Gratis. Ya el que es hoy director de ElDiario afirmaba que la prensa en papel tenía el mismo futuro que el vinilo. Tendencia que fue a más la irrupción de los smartphones.

Internet comenzó progresivamente a restar lectores de la versión el papel. Lo que a su vez provocó una espantada de los anunciantes, que van allí donde esté el público. Los datos disponibles de El País dan veracidad de todo ello. Los ingresos por publicidad se han reducido en un 15,3 y por circulación, un 12,3%. En términos monetarios, la caída de los ingresos de El País, As y Cinco Días ha sido de 129,7 millones de euros solo en el primer semestre de 2012 frente el primero de 2007. Los diarios del grupo han perdido un 43,4% de su negocio en los últimos cinco años. Mientras tanto Internet crecía en un 6%. El propio Cebrián reconocía la evidencia, aunque la matizaba: la crisis de la prensa no es una crisis, es un cambio de paradigma.

Así pues PRISA inició una estrategia empresarial para adaptarse a los cambios que se estaban produciendo que terminaría fracasando poco después. Empezó por recortar y reestructurar plantillas, invirtió en lo digital y apostó por las tabletas. Los lectores serían los clientes con nuevas formas de rentabilización. Mientras tanto otros medios de comunicación en Europa habían dado con la tecla para lograr la convergencia hacia lo digital sin que el negocio informativo se viera afectado. Fueron la noruega Schibsted y la alemana Axel Springer las que encontraron la solución a la pérdida de anunciantes y a la tirada. A diferencia de PRISA, estas compañías aceleraron la migración digital, se volcaron por el móvil, fortalecieron el negocio de clasificados online y desarrollaron los productos de marketing digital.

Además de la crisis de publicidad, bien por cambio de paradigma bien por la crisis del papel,  la burbuja mediática en la que la empresa se sumergido explotó, dejando al grupo con unas enormes deudas.

Prisa no sólo estaba presente en la radio y en la prensa. Sólo faltaba la televisión para completar a triada. Así que se sumergió en un megaproyecto financiado por los bancos, que en aquellos años ofrecían préstamos a intereses no demasiado altos. Nacieron Digital+ en 2003 y Cuatro en 2005.

Tras unos años de emisión, ambas plataformas tuvieron que venderse. La primera en caer fue Digital+. Prisa recibió varias ofertas, pero aceptó sólo la de Telefónica, con la cual la plataforma de PPV tenía una deuda. La operación se cerró por 470 millones. A finales de 2009 le llegó el turno a Cuatro, adquirida por Mediaset España, aunque Prisa controla actualmente en torno al 18% de la cadena.
Tras la venta de las televisiones, los problemas lejos de resolverse continuaron. Las deudas eran más elevados que los ingresos. La solución fue la venta de la mitad del grupo de comunicación a un fondo de inversión. Un tipo de sociedades especializadas en comprar empresas a punto de la insolvencia, cuyo objetivo principal es despiezarlas, despedir plantilla, ofrecer empleos precarios para más tarde vender cada uno de los trozos por separado. Desde que se supo la venta de parte del grupo, muchos alertaron de los peligros que conllevaba. Bajará en calidad,  personal y al final se convertirá en un mal producto periodístico, sentenció Xosé Manuel Pereiro, decano del Colegio de Periodistas de Galicia.
La crisis y muy especialmente la mala gestión llevada a cabo por Juan Luis Cebrián del grupo se han llevado del diario referente en información por delante. Y los trabajadores, el mayor capital de la empresa y que le ha otorgado su posición actual, son los principales afectados. Como siempre es el más débil quien paga los platos rotos. Pero no se han quedado quietos. El comité de empresa ha pedido que se suspenda el ERE y que se busquen soluciones alternativas. Por ahora hay convocada una huelga desde el 18 hasta el 29 de octubre y desde el 1 hasta el 9 de noviembre. Iniciativa que logró 266 apoyos, 31 votos en blanco y 23 rechazos. Otros tres trabajadores han escrito una carta abierta al consejero delegado en a que afirma saber que para él El País le molesta y quiere quitárselo de encima cuanto antes y al final de la carta le espetan que con su sueldo puede pagar 400 sueldos de plantilla según convenio vigente. Hay quien a cara descubierta ha creado www.ere-elpais.com/, desde donde un empleado se opone frontalmente al desmantelamiento del primer diario de España. La caja de los truenos se ha despatado.


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